martes, 15 de abril de 2008

Antecedentes

En la actualidad, señala C. Mercader (1999, p. 46), los servicios bibliotecarios y de información giran en tormo al usuario, sin embargo no siempre ha sido así. Es a partir del establecimeto de las bibliotecas públicas y de la justificación del gasto del presupuesto que debían rendir a las autoridades de las cuales dependía, que los bibliotecarios empiezan a tomar conciecia que la esencia de su responsabilidad, no era la custodio y preservación de los libros, sino un usuario satisfecho por medio de servicios eficaces y petinentes.
La toma de consciencia por parte de los bibliotecaros es lo relatiov a sus responsabiidades para con el usuairo, se desarrolló con lentitud. Como antecedentes temenos hacia la segunda mitad del siglo XIX ue, en el primer informe de la biblioteca pública de Boston se reconoce a las biblioetcas como agentes educativos e instrumentos para la pormoción de la lectura, así como también que cierta proporción de la colección debe reunierse por las característica que las mismas obras ofrecen, en el sentido de que en elllas s eencuentra información concreta que permite dar respuesta a preguntas específicas de los usuarios, y con ello atenderlos mejor, conformándose así la primera "colección de consulta" restringiéndose la utilización de éstas fuentes al interior de la biblioteca, no perm´riéndomse su préstamo a domicilio, asegurándose de tal forma su presencia en el momento en que se necesitara consultarlas.
Otro antecedente del cambio que dio luga que los usuarios sean el propósito y fin último de cualquier tarea que emprendamos los bibliotecarios lo encontramos en Justin Winsor, bibliotecario de Harvard quién imaginaba a la biblioeca teniendo un importante papel en el programa educativo y de investigación de la univesidad, al entrar más la atención en el usuario que en el libro.
En México en el prólogo del libro de la singular y notable bibliotecaria Juanan Manrique de Lara itulado Manual del bibiotecario publicado en 1957, se señala que esta obra ha sido escrita con la intesión de dar una visión completa de todos los trabajos necesarios para organizar una biblioeca satisfactoriamente, con la finalidad de ofrecer al público un servicio rápido y eficiente; haciéndose notorio que aunque a lo largo de su contenido se habla de como organizar una biblioteca, todo lo que ello implica es en función de los lectores.
Patricia Hernández, investogadora del tema que nos ocupa, reconoce que para 1970 las evaluaciones de las bibliotecas se centraban ya en el usuario.

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